sábado, 27 de septiembre de 2008

Personal: Vacaciones en Ecuador (II). Recibimiento. Primera Fiestecita.

Hola de nuevo:

Al llegar al aeropuerto y pasar los controles y sin daños en mi equipaje, salí del aeropuerto Mariscal Sucre en Quito, situado a 2800 metros de altura. Caminando despacio como indicaban los carteles para no asfixiarme.

A la salida sentí mi primera gran alegría, después de unos 77 interminables días me reencontraba con mi mujer. ¡Que felicidad!, ¡que alegría!.

También estaba Enrique, mi suegro, una alegría verlo también. Y estaba Quito, ciudad que dejé hace ocho años y medio... el Pichincha, el olor característico de esa ciudad. Todo seguía igual, parecía que el tiempo no había pasado. Parecía que era ayer cuando me había ido, y no el 26 de marzo de 2000. Que familiar me era todo.

Mis hijos me habían hecho una recepción sorpresa con cartel de bienvenido y todo, lástima que no quedó constancia en fotos. Pero verlos otra grandísima alegría. No se despegaban ninguno de los 3 de mi. Que felicidad verlos de nuevo. Sin duda me hacían falta.

También me reencontré con mis cuñadas. Paulina ya estaba allá (la dejé con 16 y ya cumplía 25 en unos días y se casaba al día siguiente de mi llegada). También Fabiola llegó un poco más tarde con su hijo Patricio. Más tarde llegarían del trabajo mis concuñados.



Casualmente, ese mismo día había llegado un primo de mi mujer muy querido, Enrique Vaca. También tras ocho años y medio. Venía de Miami, junto con su mujer. Así que en casa de su tía Laura armaron rápidamente la fiesta de bienvenida. En su familia, su padre y sus hermanos son todos cantantes y tocan la guitarra, así que la típica fiesta con ellos es escuchar como cantan, y disfrutarlo, porque cantan bastante bien. Ya sus hijitos comienzan a cantar, toda una saga.



También habían contratado unos mariachis que tocaron unas piezas. Y toco bailar algo, incluido a mi (que no me gusta mucho, como todo el mundo sabe). Así que recién llegado, ya me tocó trasnochar acostándome sobre las 2 de la madrugada (9 de la mañana hora española).



Así que por suerte, en unas pocas horas pude vivir la cultura ecuatoriana en toda su extensión. Al menos la cultura festera. Fiestas en las casas, donde no falta la música, el baile y hasta con mariachis. Más no se podía pedir a mi llegada.



Acabé rendido, pero estaba feliz. Esto si era aprovechar unas vacaciones, que como sabéis son las segundas que tengo en 8 años, y las primeras que duran 15 días.

Saludos.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Personal: Vacaciones en Ecuador (I). El Viaje. Iberia

Hola a todos:

Comienzo una nueva serie sobre las vacaciones que he tenido en Ecuador desde el 29 de agosto al 13 de septiembre de 2008. Mi mujer y mis tres hijos disfrutaron de unas vacaciones mucho más largas en aquellas tierras pues estuvieron 3 meses, desde el 13 de junio.

Para empezar, hablaré de mi viaje. Todos hemos viajado desde Madrid (aunque vivimos en Alicante). El motivo es simple, una cuestión económica. El coste adicional eran de 1000 euros, así que ahorrábamos yendo en coche para allá.

Y eso me lleva a la primera queja, los precios. Para una familia de 5 personas y viajando desde Madrid el viaje sale por más de 4000 euros (y siendo 3 niños, que pagan solo el 67%). No hay mayores descuentos por familia numerosa, ni ningún otro tipo de descuento por ser un grupo más o menos numeroso.

Viajé en Iberia por casualidad, ya que la compra la hice a través de Internet en la página web de Lan, puesto que los billetes en Iberia superaban holgadamente los 1500 dólares en clase turista. Parece que Iberia utiliza a Lan para vender billetes más baratos, a cambio de que Lan no vuele o algo por el estilo. El caso es que para mi mucho mejor.

La Terminal T4 es enorme, así que es conveniente ir con tiempo porque se puede tardar más de media hora desde que se pasa el control hasta llegar a la zona de embarque. Incluso en va en un metro subterráneo una distancia bastante larga. Por lo demás, el aeropuerto está bien señalizado y no hay problemas.

El viaje de ida fue tranquilo, aunque salimos media hora tarde porque unos pasajeros que embarcaron el equipaje no se embarcaron en el avión. Aún así, ganamos tiempo y llegamos 10 minutos antes a Quito. La emoción estaba por todo lo alto.

Primera etapa del viaje, sin novedades. Comenzaba bien una aventura, que acabaría bien.

Sin duda un viaje memorable, para mi y mi familia.
Saludos.
Angel.