Hola de nuevo:
Pronto acaba este agobiante y duro verano. Para mi ha sido muy duro, sobre todo el mes de agosto, por múltiples motivos.
Aprovecharé ahora para contar una historia, que sirve para ilustrar de alguna forma como es el pensamiento asperger. Sobre todo, en el aspecto de la inflexibilidad mental.
Un día, en medio de una discusión vía mail, una persona asperger me dijo que YO era un delincuente. Como todo me lo tomo de forma bastante literal, me sentí ofendido (los otros insultos me resbalaban, pero este me llegó).
¿Yo un delincuente?, si en mi rígida forma de ver la vida siempre he respetado las normas y no he cometido delitos. ¿Cómo iba a ser un delincuente?. Pregunté a mi acusador, pero a mi pregunta, no hubo respuesta. La persona asperger ya estaba fuera de control y ya no quería saber nada de mi.
Pero hice mis averiguaciones mediante personas que pudieron hablar con él. Resulta que en los e-mails en los que discutíamos, él había percibido que yo le hacía chantaje emocional. El caso, es que según su razonamiento, muchas mujeres utilizan el chantaje emocional con los policías para que persigan de forma injusta a sus maridos. Ese comportamiento, siempre según él, está tipificado en el código penal. De manera, que como yo (según él), le hice chantaje emocional, soy un delincuente como las señoras que usan a sus hijos en los divorcios o aquellas que denuncian falsos malos tratos.
Toda esta historia la cuento para que la gente que la lea comprenda un poco más lo que es la inflexibilidad mental y sea comprensiva con las personas autistas y asperger.
Sé que es difícil. La persona con la que discutí era uno de mis hermanos. Uno de los asperger (como yo). No creo que me vuelva a hablar en años y es una pena. Yo hace tiempo, gracias a Dios y a mi mujer, que aprendí a perdonar.... pero me costó años.
Un saludo.
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